Archivo mensual: octubre 2023

De pandas y pandillas

Mientras soñaba despierto, me asaltó una pregunta: ¿cuál es el origen de la palabra «pandilla»? ¿Tendrá o no relación con el oso panda? La pregunta, desde luego, se debe al meme de pandas armados que encabeza este texto.

Una pandilla, como lo afirma el DRAE, puede ser un grupo de personas que se asocian para divertirse o para fines delictivos. El habla coloquial lo entiende más en el segundo caso.

Para hacer más interesante este viaje, el DRAE –al definir “pandilla”– nos remite a su palabra de origen: panda. Revisado este término, encontramos dos acepciones: panda¹ y panda².

Panda¹ nos lleva a “pando/a”, del  latín pandus, ‘curvado’ ‘doblado’ ‘redondo’, cuya novena y décima definiciones nos acercan más a nuestro propósito: el de una pandilla, “que forman algunos para hacer daño” y también el de una “reunión de gente para divertirse”.

Panda¹, en remisión a su etimología, significa moverse lentamente, en curvas, o en círculos; también ser alguien pausado y flemático.

De panda¹ vienen:

  • el verbo pandear: “Dicho especialmente de una pared o de una viga: Torcerse encorvándose, especialmente en el medio”.
  • el sustantivo pandero (instrumento musical rústico), de cuya voz deriva la ‘pandereta’ (del diminutivo de pandera) elaborado ya con sonajas o cascabeles. En Uruguay, llaman ‘pandereta’ a las nalgas de la mujer por asociación a lo circular.

Pandero, del latín pandorium, significa en términos coloquiales, aquella “persona necia y que habla mucho con poca sustancia”. En el habla mexicana, lo relacionaríamos con un cantinflero. En el libro de las frases coloquiales del habla española encontramos: «Tener el pandero y no saberlo tocar».

El sufijo -illa

Cuando a cualquier sustantivo se le añade del sufijo -illa, tendremos diminutivos femeninos. Por ejemplo:

  • De silla, sillita
  • De cera, cerilla
  • De sombra, sombrilla
  • De guerra, guerrilla
  • De mentirosa, mentirosilla

Cuando añadimos -illa a sustantivos femeninos formaremos otros, pero masculinos. Por ejemplo:

  • De cabeza, cabecilla

El DRAE nos advierte: “Aunque no todos los sustantivos formados con este sufijo tienen auténtico valor diminutivo, suelen aproximarse a él”.

Panda¹, entonces, nos remite a algo circular, tanto en objeto como en su actitud lenta. Y nos valemos de estos sentidos para tratar de definir que lo torcido, lo curvo o lo circular se relaciona con el aspecto de una pandilla.

Este grupo de gente, como antaño, hace un círculo entre ellos para planear sus propósitos malevos. Quienes forman este grupo de gente se llaman pandilleros.

A la pandilla, en lunfardo, se le llama “patota” (en relación con el pato que se mueve en bandada, nos explica el etimólogo Oscar Conde. Al pandillero se le llama “patotero”.

A esa pandilla, en México, le llaman ‘palomilla’, por alusión en la forma en cómo estas aves se reúnen para comer o para dormir.

El oso panda

La segunda definición, panda² (el Ailuropoda melanoleuca), nos habla del mamífero gracioso “de pelaje blanco en el cuerpo y negro en las patas, hombros, cara y orejas, que vive en bosques de bambúes en regiones montañosas de la China central”.

El nombre del panda, en chino, significa “gran oso gato” y también “oso fajado”. Se le llama así porque el panda tiene pupilas verticales que recuerdan a la de los gatos.

La palabra “panda” es de origen incierto. Se cree que proviene de una lengua del Himalaya, (tal vez, de Nepal). Este nombre fue heredado de su pariente el panda rojo (Ailurus fulgens). Así lo llamó en 1821 el paleontólogo, zoólogo y botánico francés Frédéric Cuvier, pero no ofreció ninguna explicación etimológica al respecto.

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